LA ANSIEDAD
En nuestro camino por la vida, todos hemos experimentado esa sensación familiar: el corazón que se acelera, la respiración superficial, la mente inundada de preocupaciones. Esto es la ansiedad, una respuesta humana fundamental y, en muchos sentidos, una aliada.
Pero, ¿qué es exactamente la ansiedad? La ansiedad, es un sistema de alarma interno, una reacción natural de nuestro cuerpo y mente ante la percepción de una amenaza o peligro, ya sea real o anticipado. Imagina a nuestros ancestros enfrentándose a un depredador; esa descarga de adrenalina, esa agudización de los sentidos, era crucial para la supervivencia.
Hoy en día, aunque los peligros han cambiado, nuestro sistema de respuesta a la amenaza sigue activo. Sentir un cierto nivel de ansiedad es completamente normal e incluso saludable. Nos impulsa a prepararnos para un examen importante, a tener cuidado al cruzar una calle con mucho tráfico, o a estar alerta en una situación desconocida. Esta ansiedad «sana» nos motiva, nos ayuda a concentrarnos y nos protege de posibles riesgos.
Es cuando esta respuesta natural se desborda, se vuelve desproporcionada a la situación o persiste incluso cuando no hay una amenaza real e inminente, que la ansiedad puede transformarse en un problema que impacta significativamente nuestra calidad de vida.
En este espacio, exploraremos las diferentes caras de la ansiedad, desde sus manifestaciones más comunes hasta las estrategias para comprenderla y gestionarla. Descubriremos juntos cómo reconciliarnos con esa parte de nosotros que, aunque a veces nos incomode, tiene una función importante en nuestro bienestar.
LA CURVA DE LA ANSIEDAD
Cuando sentimos miedo o incomodidad, solemos tener el impulso de escapar. Tenemos que tener en cuenta que las emociones al principio aumentan, se mantienen un tiempo y luego disminuyen. Tienen forma de curva. Para explicar el mecanismo de la ansiedad vamos a utilizar la curva de la ansiedad.
Cuando escapamos o evitamos, la ansiedad disminuye rápidamente. Aunque puede parecer que el problema se ha resuelto, esto no es cierto. Al evitar, solo logramos que aquello que nos causaba miedo aumente nuestra ansiedad con el tiempo, haciéndonos cada vez más difícil enfrentar la situación.
Si toleramos un poco las sensaciones que acompañan a la ansiedad y enfrentamos la situación, lograremos qye la ansiedad disminuya gradualmente.